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Jorge Norberto Ferro

Jorge nació en 1949 en la Provincia de Buenos Aires y, aunque cursó el secundario en el Liceo Militar General San Martín, su debate interno entre las armas y las letras se decantó claramente por los estudios literarios. Obtuvo el título de Profesor en Letras en el CONSUDEC (Consejo Superior de Educación Católica), donde conoció a Germán Orduna, quien dictaba las clases de literatura española medieval y del Siglo de Oro. Posteriormente, obtuvo los títulos de Licenciado y Doctor en Letras por la Pontificia Universidad Católica Argentina.

En 1978 integró el trío fundador del SECRIT, con Germán Orduna y José Luis Moure, cuyo primer proyecto fue la edición crítica de las Crónicas del Canciller Ayala. Como parte de un convenio con la Universidad de Wisconsin-Madison, realizó una estancia de capacitación en el Hispanic Seminary of Medieval Studies, bajo la dirección de Lloyd Kasten y John Nitti, para colaborar en la base de datos DOSL (Dictionary of Old Spanish Language). Por combinación de ambos proyectos, tuvo a su cargo la transcripción del Ms. A-14 de la Real Academia de la Historia, según las normas de Madison, para alimentar esa base de datos y también para poner a disposición del equipo secritense un texto base con vistas a la collatio variantium de la frondosa tradición textual de la cronística ayalina.

Desde entonces desarrolló una brillante carrera como Investigador del CONICET hasta llegar a ocupar el cargo de Vicedirector del SECRIT durante el período 2000-2014. Sus líneas de investigación estuvieron centradas en la literatura política medieval y en la obra de Pero López de Ayala. Fruto de una ardua y paciente tarea editorial son la Crónica del rey don Juan Primero y la Crónica del rey don Enrique III, esta última realizada en colaboración con José Luis Moure.

Cumplió también una intensa labor docente en varias universidades argentinas, principalmente la Universidad de Morón y la Pontificia Universidad Católica Argentina. Impartió clases de lengua y cultura latinas y tuvo a su cargo el “Seminario de Literatura Cristiana Antigua” en la UCA hasta 2018. Fue Director del Instituto de Estudios Greco-Latinos “Francisco Novoa” de la Universidad Católica Argentina durante el período 2012-2018.

Paralelamente a sus estudios en hispano-medievalismo, desarrolló una línea de investigación sobre los escritores católicos ingleses del siglo XX, principalmente G. K. Chesterton, C. S. Lewis y J. R. R. Tolkien. Precisamente su tesis doctoral, defendida en 1995, se titula "Figuras y símbolos cristianos en El Señor de los anillos de Tolkien". En una época previa a los filmes de Peter Jackson, fue uno de los animadores de la importante corriente de admiradores de la obra tolkieniana en Argentina; fue fundador y luego Vice-Presidente de la Asociación Tolkien Argentina. Con la llegada de los filmes, en la primera década del nuevo siglo, y la explosión de fanáticos de la saga, Jorge se transformó en una celebridad: sus conferencias sobre el tema desbordaban de público. El Aula Magna de mi Facultad, en la UBA, explotó de estudiantes el día que lo invité a dar una charla sobre las raíces medievales del Señor de los anillos.

Jorge fue un excelente compañero de trabajo y un fiel amigo, que siempre supo encontrar el costado humorístico de las situaciones complicadas y de los rocambolescos avatares del SECRIT, especialmente en su primera etapa bajo la dirección de Orduna, en que nos pasó de todo. Siempre fue bueno tenerlo al lado en los momentos de festejo y en los instantes difíciles: en esos casos su palabra derrochaba sabiduría y modestia. También tenía un modo sereno y determinado de hacer las cosas a su ritmo, impermeable a las exigencias burocráticas de niveles de producción académica de las diferentes instituciones evaluadoras de nuestro sufrido gremio. No había amenazas por incumplimiento de cantidades mínimas que pudieran perturbar su concentración en la tarea intelectual, sobre todo en la labor ecdótica. Si una edición crítica le llevaba cinco años, pues a eso se iba a dedicar durante cinco años, sin perder tiempo en publicar cosas que lo distrajeran, salvo alguna comunicación que diera cuenta del estado de su trabajo editorial. Su libro más reciente, De maestros y batallas culturales (Buenos Aires, 2018) reúne sus mejores artículos del amplio abanico de temas de su interés (incluso los hispanomedievales); y uno puede comprobar allí que esos trabajos, a los que dedicó todo el tiempo necesario y sin apuros, están a salvo de la mancha de la intrascendencia. Para quienes fuimos sus compañeros, queda el imborrable recuerdo de su estampa, pipa en mano, concentrado en la lectura, en el salón más amplio del Secrit, borroneada toda distinción entre el placer y el trabajo, según es propio de la vocación auténtica. Maestro de la ironía y el buen humor, fue siempre el que recibió afectuosamente a los nuevos becarios para que a los pocos días ya se sintieran como en casa. La nueva generación secritense aprendió de Jorge un modo de vivir la profesión, con serenidad, alegría y modestia, y a la vez absolutamente confiados en la trascendencia de la tarea humanista.

Leonardo Funes